Cuando no tenía internet era más feliz, me sentía viva, aunque los problemas fueran fuertes. Cuando estaba triste, arreglaba algun cajón de mi armario, pintaba, escribía, veía algo en la televisión, leía un libro, daba un paseo, a veces la soledad me comía, buscaba un lugar silencioso y solitario en el cual perderme y pensar. La gente era buena o mala, los virus eran gripe y sólo tenía que mirar a una persona a los ojos si dudaba de lo que me decía, para saber que era verdad o mentira y guiarme por mi instinto, si alguien era popular ´lo sabía por sus fotos en la pared o en la tabla de su habitacion, si quería saber sobre algún tema iba a la biblioteca y buscaba sobre eso, ligaba ante todo con mi presencia, sin fotos de buena postura,sin pseudónimos, sin misterio más que el que ponía la situacion y la persona, el contacto humano se quedó en un intento de ser mejor persona y encontrarte de golpe con un mundo de 6 mil millones de personas competitivas, retorcidas, mentirosas, oscuras, manipuladoras, egoistas... extraño ser una ignorante de lo que no tengo cerca, extraño ser real.
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